Los lugares que me han visto llorar

Ficha técnica
Título: Los lugares que me han visto llorar
Autora: Holly Bourne
Editorial: La Galera
Nº de páginas: 351

SINOPSIS

Parecía amor.

Sabía a amor.

Pero esta no es una historia de amor.

Amelie se enamoró profundamente de Reese, y creía que él también la quería. Sin embargo, empieza a entender que el amor no debería doler de este modo.
Ha decidido rememorar su historia y volver a visitar todos los lugares donde él la hizo llorar. Porque quizá, si desentraña qué sucedió entre ellos, por fin pueda empezar a superarlo.

¡Hola! Hoy os traigo la reseña de Los lugares que me han visto llorar, una de mis mejores lecturas del año. 

Voy a intentar transmitiros lo que me ha hecho sentir y lo importante que es leer este tipo de novelas, aunque será difícil. 

Desde luego, este libro no es un libro romántico, ni tampoco un libro feliz. Amelie es una adolescente normal y corriente, con sus amigas, sus gustos, su forma de ser y su felicidad. Y Amelie se enamora. Cree que es feliz... pero está dejando de ser la que era. ¿Es entonces verdadero este amor? Amelie se enamora de Reese, y parece que él también la quiere. Pero entonces, ¿por qué no deja de llorar cuando está con él? Reese es un chico que a todas luces representa problemas, todos los que rodean a Amelie la advierten, pero ella solo tiene ojos para Reese, y está segura de que él es un buen chico, pero, entonces, ¿por qué su nueva amiga Hannah se decepciona de ella cuando ve que va en serio con ese chico? ¿Por qué sus padres se alteran cuando lo descubren? Pero Amelie es feliz, ¿verdad? Entonces todo lo demás no es importante. Solo Reese. Amelie ha tenido un novio antes, en el otro instituto, pero ahora parece que lo que sentía por él se desvaneció en cuanto conoció a Reese. Alfie era un buen chico, guapo, atento, amable, bueno... pero Reese tiene algo especial. 

No voy a contaros mucho sobre este libro, solo deciros que tenéis que leerlo, es un libro necesario, La novela está narrada en dos tiempos, en el presente, cuando Amelie rememora todos esos lugares y momentos en donde lloró por él, y el pasado, donde la Amelie que había sido empieza a contarnos cómo fue conociendo a Reese y cómo se fue perdiendo a sí misma a la vez. 

"Sacudo la cabeza ante otra realidad de la que me acabo de percatar: los escenarios en los que se desarrolla este mapa de recuerdos son extremadamente banales. Puede que sea el conjunto de rincones más banales de todos los mapas de recuerdos. Pero, ¿no es lo que suele pasar con los momentos más dramáticos? La vida no es una película en la que todos los momentos cruciales tienen lugar en escenarios espectaculares que reflejan la trascendencia del momento. No. Te pueden romper el corazón en una parada de bus cualquiera, en un tren desvencijado o en un jardín lleno de pis de perro al lado de tu casa. No, las emociones intensas no requieren de escenarios imponentes". 

La pluma de la autora es muy amena, honesta y directa. Narra sin tapujos, a través de la voz de Amelie, en primera persona, todo por lo que ha tenido que pasar, y eso ha hecho que empatizase con la protagonista desde las primeras páginas. Es un libro que cala hondo, que se lee muy rápido y que, a pesar de la frustración que hace sentir, me dejó con una sensación de paz indescriptible. La evolución de Amelie es enorme y muy bien definida, aunque también compleja, ya que tiene muchos altibajos, retrocesos y dudas en su proceso de recuperación, y sobre todo en el camino de recuperación de la autoestima, del amor propio. Es increíble cómo una sola persona puede llegar a causarte tal daño que pierdas todo lo que eres para convertirte en algo irreconocible, borde, irritable y llena de inseguridad. 

"No puedes saber si los buenos recuerdos se convertirán en memorias tristes".

En la novela también tendremos el punto de vista de una psicóloga, que ayudará a entender a Amelie por qué lo suyo con Reese se parecía más al maltrato que al amor. Y esto, aunque se pueda pensar que está metido con calzador para poder explicar esta historia, la verdad es que está muy bien traído, y es un elemento bien construido que tiene sentido y que hace posible que abramos los ojos al mismo tiempo que la protagonista y, sobre todo, que logremos entenderla. Que podamos entender sus motivos, sus acciones y su manera de echarse a perder por un chico. Quizá leyéndola pensemos, "qué chica más tonta" o "yo en su lugar ya habría salido de esa situación", pero gracias al punto de vista de la psicóloga logramos entenderla y saber que nos podría pasar a nosotras por muy fuertes que pensemos que somos; el punto de vista psicológico de la novela es de gran importancia para lograr identificar las señales que nos dicen que estamos en una situación similar a la de Amelie, o que podamos identificar si alguien a nuestro alrededor se comporta en base a estos patrones de conducta, y sepamos cómo ayudarla a tiempo. 

Los personajes secundarios también tendrán un gran papel en la historia, sobre todo Alfie, el antiguo novio de Amelie. Gracias a él, nuestra protagonista podrá hacer un ejercicio de comparación entre el amor sano, feliz y sincero que tenía con él, y el amor tóxico, envidioso y egoísta que le ofrece Reese y el cual la destroza. Esto nos lo hace ver la psicóloga, que le dice a Amelie que tiene suerte de tener esa experiencia previa para poder comparar y abrir los ojos, poder darse cuenta de cuál era amor y cuál era el maltrato. En esta novela hay un tipo de maltrato que no se suele reflejar en muchas novelas ni en la realidad, porque no tiene golpes: es el maltrato verbal. Y me parece igual de importante visibilizarlo como al maltrato físico, porque puede menoscabar a una persona de una manera corrosiva y cruel, hasta el punto de terminar en el suicidio de la víctima. 

"A veces, es lo único que puedes hacer con el dolor: intentar comprenderlo. Todos tenemos nuestras cicatrices y quemaduras. Nos acostamos cada noche con los fantasmas de recuerdos dolorosos. Dejamos que den vueltas alrededor de nuestras cabezas, sin poder descansar o sanar porque no entendemos qué es aquello tan terrible que nos ha pasado y por qué se nos hace imposible superarlo. No puedes obligar al dolor a que se marche. Como cualquier molesto invitado, solo se va cuando lo cree oportuno. Mientras tanto, lo único que puedes hacer es llevarlo contigo hasta que se marcha. Sin embargo, entender el dolor, saber por qué está  ahí y por qué no se va aligera esa carga". 

"La música siempre había ayudado a evadirme, pero tú, Reese, habías eclipsado mi cerebro, habías eclipsado mis capacidades. En verdad, empiezo a darme cuenta de que eclipsaste cada pedacito de mí que me hacía la persona que era. En esta historia no hay nada que no sea sobre ti. Me vaciaste. Me dejaste sin amigos, sin aficiones, sin peculiaridades. Me vaciaste de todo lo que me hacía interesante o feliz, lo que me convertía en una persona que valía la pena conocer. No queda nada. Me has dejado como una piedra plana en la que solo hay tu nombre grabado con cincel". 

El personaje de Reese está construido de un modo bastante realista, y ni siquiera ha sido un personaje que haya odiado, a pesar de todo lo que hace a lo largo de la novela. Simplemente la autora nos hace ver que es otro ser humano con errores, que hace daño a otras personas, una persona cobarde, egoísta y con problemas para relacionarse con los demás sin lastimar. Es una persona que necesita desesperadamente anular a la persona que tiene al lado para sentirse mejor, para conseguir llenar el vacío que siente para con su persona. Esto es lo que me ha transmitido la autora con Reese, no he terminado la novela sintiendo odio hacia él, sino lástima. 

En definitiva, Los lugares que me han visto llorar es una novela cruda, un golpe de dura realidad, con unos personajes reales, muy bien construidos y profundos, imperfectos. Una novela que engancha, que hace reflexionar y que da lecciones. La guardo con mucho cariño para coger fuerzas y quererme a mí misma cuando algo vaya mal o cuando encuentre algún remoto parecido con la historia de Amelie. Leedlo. Es necesario. 

Mi puntuación

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5/5