Pequeños fuegos por todas partes

Ficha técnica
Título: Pequeños fuegos por todas partes
Autor: Celeste Ng
Editorial: Alba contemporánea
Nº de páginas: 354

SINOPSIS

En Shaker Heights, una tranquila y próspera zona residencial de Cleveland, todo está planeado, desde el trazado de las carreteras hasta los colores de las casas, incluso el triunfal futuro de sus vecinos. Nadie encarna mejor este espíritu que Elena Richardson, cuya vida se rige por un principio fundamental: jugar siempre dentro de las reglas sociales. La historia comienza cuando Mia Warren, artista enigmática y madre soltera, llega a esta idílica burbuja con Pearl, su hija adolescente. Mia lleva consigo un pasado misterioso y un desprecio por las reglas que acabarán amenazando esta comunidad tan cuidadosamente ordenada. 

¡Hola, gentecilla! Hoy os traigo una nueva reseña, de un libro que he podido leer gracias al club de lectura Parada Lector. 

Nos encontramos ante la segunda novela de Celeste Ng, después del éxito de Todo lo que no te conté. 

En esta novela nos encontramos a una comunidad de vecinos aparentemente perfecta, donde sus habitantes se rigen por estrictas normas de convivencia para que así nada se descontrole y nada salga mal. Cuando llega a Shaker Heights una nueva inquilina, la familia Richardson sufrirá una serie de cambios que, en un principio, aunque parecen positivos, sacarán a relucir muchos secretos. Mia es una madre soltera que se muda a esta zona residencial con su hija Pearl y con su espíritu de artista. 

Este libro me ha sorprendido para bien. En un principio, cuando comencé a leer me encontré algo decepcionada, puesto que la forma de narrar de la autora es bastante peculiar y no conseguía meterme en la historia, pues hasta que no aparece Mia en escena, no estaba entendiendo nada. A partir de aquí nos empieza a contar la historia de Mia, de como ha llegado a convertirse en una persona nómada, yendo de aquí para allá con su hija, en busca del objetivo perfecto para sus fotos artísticas. Elena Richardson, su casera, es una mujer agradable, recta y elegante, que se rige mediante reglas y que no se atreve a vivir de verdad. En cambio, Mia es una mujer soñadora, que vive el día a día sin importarle donde estará mañana, con sus materiales a cuestas para hacer fotos y capturando la vida a su alrededor. 

La novela está narrada en tercera persona, alternando el punto de vista de la mayoría de personajes. También se trata la maternidad, y todo aquello a lo que sería capaz de enfrentarse una madre con tal de proteger su instinto y a su pequeño retoño. 

La pluma de la autora, como ya dije, es bastante peculiar y esto, al contrario de lo que pensé en un principio, me ha gustado bastante. Cómo ha ido relatando todo, cada detalle del pasado de cada personaje, cómo a pesar de inculcar algo a un hijo, puede que estemos equivocándonos y que estemos aplastando su voluntad y su derecho a decidir como vivir, tal y como sucede con Izzy, la hija menor de los Richardson. También se tratan temas como la hipocresía o la falta de decisión propia a causa de terceros, como ocurre con la familia Richardson, que dejaron de lado su verdadera opinión sobre los acontecimientos que se suceden en Shaker Heights con tal de ayudar a los McCullough, solo porque son amigos suyos. 

Los personajes están bien definidos, su carácter es fuerte e invariable, y la trama, aunque no es compleja, engancha debido a los secretos que vamos descubriendo en esta comunidad aparentemente perfecta. 

Pese a todo, algunas partes se me han hecho algo lentas, demasiadas descripciones sin llegar a posicionarse en ninguna situación concreta, sobre todo cuando se hablaba de la vida pasada de Mia o de Elena Richardson. 

"El bien social se basaba en el orden, y este, a su vez, en un sistema de normas. Las había para todos los aspectos de la vida: le indicaban a uno a qué hora había que levantarse por la mañana, de qué color tenían que ser las cortinas, cómo de largo había que llevar el pelo y cómo había que juntar las manos al rezar (con el pulgar derecho sobre el izquierdo)". 

"Las reglas existían por una razón muy sencilla: si las seguías, te iba bien en la vida; en caso contrario, corrías el peligro de incendiar el mundo". 

"Mia le había dicho alguna vez, hace mucho tiempo, que a veces es necesario abandonar el lugar donde uno ha crecido y la persona que ha sido siempre, y empezar desde cero. Tierra quemada, lo había llamado. Como un pastizal en llamas. Después de la quema, la tierra es más fértil y se pueden sembrar cosas nuevas". 

Mi puntuación

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4/5