Pequeñas grandes cosas

Ficha técnica
Título: Pequeñas grandes cosas
Autora: Jodi Picoult
Editorial: Umbriel (Ediciones Urano)
Nº de páginas: 503

SINOPSIS

Ruth Jefferson es enfermera en la sala de partos de un hospital de Connecticut, una profesional con más de veinte años de experiencia. Ruth empieza su turno con el reconocimiento rutinario de un recién nacido, pero unos minutos después le comunican que el niño tiene otra enfermera. Los padres son supremacistas blancos y no quieren que Ruth, que es de origen africano, toque a su pequeño. El hospital satisface sus deseos, pero al día siguiente el niño sufre una crisis cardíaca y Ruth es la única enfermera de servicio. ¿Obedecerá las órdenes de la dirección o intervendrá a pesar de todo?

"No habrá justicia hasta que los no afectados se indignen tanto como los afectados", Benjamin Franklin.

¡Hola! Hoy os traigo la reseña de un libro que me ha cautivado por el tema que trata, por cómo está descrito ese tema y por la delicadeza de la pluma de la autora a la hora de abordarlo. 

Ruth Jefferson es enfermera en el hospital de Connecticut, concretamente de recién nacidos: se ocupa de controlarlos, tomarles la temperatura, comprobar sus reflejos... en definitiva, comprobar que todo está en orden. Una mañana entra en la habitación de un nuevo recién nacido, se trata de Davis Bauer, hijo de Turk y Brittany Bauer. Ruth comienza revisando al bebé en la habitación donde están los padres, y nota que ambos padres están incómodos. Minutos después de haber realizado la inspección del bebé, su superiora le comunica que los padres han pedido un cambio de enfermera por el color de piel de Ruth, y que el hospital ha aceptado dicha petición. Ruth no está de acuerdo, pero no le queda otra que aceptar. No sabe por qué se está cometiendo una injusticia así con ella solo por el color de su piel, si es una mujer responsable, estudiada, con una casa decente, un hijo ejemplar, Edison, y una vida tranquila y sosegada. Al día siguiente, su superiora la llama y le pide que cubra un turno de urgencia en el hospital. Ruth acude y trabaja todo un turno sin descansar. Al cabo de unos minutos, traen a Davis Bauer en camilla después de una pequeña operación que le han hecho, por lo que debe estar vigilado en todo momento. Pero ella es la única enfermera disponible en ese momento. ¿Ruth obrará en consonancia con su ética profesional, o hará caso a la petición del hospital y de esos padres para no perder su empleo? 

No puedo contaros más de la trama porque esta se va a desencadenar a partir de este momento en que Davis Bauer tiene una crisis cardíaca, y no me imaginaba que iba a desembocar en lo que lo hizo. Esta novela es dura, es frustrante, te dan ganas de tener delante a ciertos personajes de la novela para partirles un par de platos en la cabeza, la verdad, pero también es una novela donde tiene cabida la esperanza, la rendición y el perdón. 

A lo largo de sus páginas he sentido mucha pena por Ruth y mucha empatía por lo que le estaba sucediendo. También me he cuestionado el racismo en todas sus facetas, tanto el activo como el pasivo, y también he analizado si yo soy racista o no. Creo que todos tenemos aún dentro un poco de racismo sin erradicar, por mucho que creamos que no es así. Es algo que está arraigado en nosotros desde hace un siglo, y los cambios son difíciles de encajar para el ser humano. La novela está narrada en primera persona en tiempo presente, desde el punto de vista de los protagonistas, mostrándonos así las distintas facetas del racismo representado en el libro: el supremacista blanco que reconoce abiertamente odiar a la raza negra, la persona negra que trata de sobrevivir en un mundo de blancos injusto y opresor, y la persona blanca de buen corazón que cree que no es racista pero que aún le queda mucho que descubrir de sí misma. Ruth es un personaje entrañable, fuerte y a la vez frágil. Me ha parecido un personaje muy bien construido, bien detallado a la hora de hablar de sus sentimientos ante la injusticia que le toca vivir, y que favorece una gran empatía por parte del lector. Otro de los personajes de la historia que más me han gustado, casi tanto como Ruth, es Kennedy, la abogada de la historia, y también Adisa, la hermana de Ruth. 

"El amor no tiene nada que ver con lo que miramos y tiene todo que ver con el que mira".

"No es fácil para una chica negra desear algo. Tienes que demostrarles que no eres una chica negra, sino Ruth Brooks. Vas a conseguir todo lo bueno que se te presente..., no porque lo supliques, y no por el color que tienes. Sino porque te lo mereces". 

"Los niños son páginas en blanco. No vienen a este mundo con los prejuicios de sus padres, ni con las promesas que les hará su iglesia, ni con capacidad para clasificar a la personas en atractivas e indeseables. En realidad no vienen a este mundo con nada, solo con necesidad de consuelo. Y lo aceptarán de cualquiera, sin juzgar a quien lo da. Me pregunto cuánto tarda la educación en borrar el barniz de la naturaleza". 

"Las mejores mentiras son las que ocultan una verdad".

"Cuando la gente como nosotros hace historia solo se dice en las notas a pie de página".

"Es mejor que aprenda antes que su madre que puede ir con los blancos, sí, pero que eso no lo hace menos negro". 

Los capítulos no son largos ni cortos, me han tenido enganchada desde la primera página hasta la última, gracias a la intriga por saber lo que iba a pasar y la empatía que la historia causó en mí desde el primer momento. La pluma de Jodi Picoult ha sido, con diferencia, lo que más me ha gustado del libro, su delicadeza para describir los sentimientos de los personajes, su forma sencilla y sin filtros de expresar todo lo que ocurría. La autora se ha documentado mucho para poder escribir esta novela, ha charlado con personas negras para poder comprender lo que sienten en un mundo de blancos, cómo se les trata en Estados Unidos y la manera que tienen de ver el mundo, con miedo ante todo lo que hacen día a día, solo por el color de su piel. Me ha gustado también mucho cómo la autora describe los términos médicos y los procedimientos que se llevan a cabo en el hospital, y la pasión que Ruth siente por su trabajo. 

En definitiva, Pequeñas grandes cosas ha sido una novela concienciadora, que pone las cartas sobre la mesa, narra los acontecimientos sin tapujos y refleja unos personajes muy humanos, con miedos y defectos, pero también humanos que pueden pedir perdón y redimirse. Una novela conmovedora, llena de esperanza y con un final precioso y sutil que no me esperaba y que me emocionó. Sin duda merece la pena leer esta novela, te hará reflexionar y sentir y ponerte en la piel de los personajes. Me he visto reflejada en Kennedy más de una vez, consiguiendo que sienta tanta empatía por el tema tratado, por las injusticias, los prejuicios y el arrepentimiento sincero. Tengo muchas ganas de seguir leyendo a la autora. 

Mi puntuación

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5/5