Una creación monstruosa

Ficha técnica
Título: Una creación monstruosa
Autora: Mackenzi Lee
Editorial: Puck (Ediciones Urano)
Nº de páginas: 282

SINOPSIS

Es 1818 en Ginebra, y hay hombres construidos con engranajes de reloj que viven apartados de la sociedad, bajo el cuidado de mecánicos ilegales conocidos como los Aprendices de Sombras. Dos años antes, la vida del Aprendiz de Sombras Alasdair Finch se derrumbó. Su hermano, Oliver, murió. Su amada, Mary, desapareció. Su oportunidad de escapar de Ginebra se esfumó.
Con el corazón roto y desesperado, Alasdair hace algo impensable: devuelve a Oliver a la vida. Pero reconstruir una vida es más difícil que reparar huesos y ensamblar piezas de relojería. Oliver regresa de la muerte más monstruo que humano, y el espanto de Alasdair daña aún más una relación ya turbulenta. Con la publicación de Frankenstein, se refuerza la persecución de los Aprendices de Sombras en la ciudad, con la intención de descubrir al doctor y al monstruo que inspiraron el libro. Alasdair encuentra refugio en su ídolo, el talentoso Dr. Geisler, que quizás pueda ofrecerle una forma de escapar de los peligros del presente y las culpas del pasado, pero a un costo temible que solo Oliver será capaz de pagar... Inspirado en la novela clásica de Mary Shelley, el primer libro de Mackenzi Lee cuenta una historia sombría pero redentora, atravesada por el horror gótico, y es, en última instancia, la historia de dos hermanos que se ayudarán el uno al otro a no perder lo que los hace humanos.

¡Hola! Hoy os traigo la reseña de Una creación monstruosa, la primera novela de Mackenzi Lee y también la primera obra que leo suya. En este caso se trata de un retelling de Frankestein, clásico que no he leído todavía y que tengo que ponerle remedio pronto, porque este retelling me ha enamorado sobremanera. 

La historia comienza con una especie de prólogo donde está sucediendo lo que nos indica la sinopsis: Alasdair reviviendo a su hermano Oliver. Dos años después, Alasdair sigue trabajando en su taller clandestino junto a su padre, en un local camuflado de juguetería. Alasdair pertenece a un grupo de mecánicos ilegales conocidos como Aprendices de Sombras, puesto que es capaz de arreglar o colocar miembros (un brazo, una pierna, una mano...) a personas heridas de guerra o similar, utilizando engranajes de relojería. En Ginebra de 1818 está mal visto tener algún miembro mecánico, por lo que estas personas son repudiadas y consideradas no humanas, pues en el momento en que contradices los designios de Dios y te haces con un miembro mecánico en tu cuerpo, dejas de ser del todo humano. Oliver Finch no es ya humano, y para horror de Alasdair, ni siquiera presenta un aspecto parecido. Desde que sobrevivió, es un poco más monstruo que humano, y su relación fraternal se resiente. Oliver vive escondido en un castillo abandonado, puesto que si se dejase ver a ojos de esta sociedad se convertiría en un ser despreciable y objeto de estudio para los más curiosos. Alasdair, a pesar de haberle devuelto la vida a Oliver, echa de menos a su hermano. Aunque su cuerpo, ahora sostenido por engranajes, sigue allí, su espíritu hace tiempo que lo abandonó. Oliver está escondido en alguna parte entre tanto hierro. Cuando el Doctor Geisler contacte con Alasdair y le ofrezca una solución al problema de su hermano y cumplir el sueño de su vida, el chico no encuentra la voluntad para negarse. Viajará a Ingolstadt con la compañía de Clèmence y el doctor, y creerá haberse ganado una nueva vida. Pero un nuevo peligro acecha. 

No os contaré más para no hacer spoiler. La historia está narrada en primera persona por Alasdair, en tiempo pasado. Esto ha hecho que conectase mucho con el personaje y que me resultase muy fácil empatizar con él y visualizar toda su historia. Aunque hubo un detalle que trata de mantener oculto de su pasado, yo fui capaz de adivinarlo, pero no me supuso ningún problema que me resultase predecible porque fue un detalle muy pequeño. Toda la narración he estado en tensión, y es que el ritmo de la novela no se detiene en ningún momento, pasan cosas muy a menudo y no te da tiempo a analizar lo que puede pasar.  

La ambientación me ha parecido maravillosa, he visualizado muy bien los escenarios por los que va pasando la historia y todo lo que les sucede a los personajes. Además, me ha encantado lo bien que describe la autora la época en la que está ambientada la historia, la forma de actuar, la forma de vestir, los costumbres o la forma de relacionarse de la época. 

"No puedes cambiar a la gente para que sea como tú quieres, Alasdair. A veces solo hay que querer a las personas por lo que son".

Los personajes me han parecido muy bien construidos y con una caracterización profunda y bien descrita. Todos los personajes tienen claroscuros y no hay buenos ni malos, sólo seres humanos con la capacidad de pedir perdón o de callarse para siempre los errores. La relación entre los hermanos, Oliver y Alasdair, me ha encantado y conmovido, creo que la autora ha plasmado muy bien el sentimiento que los une y que lo ha transmitido muy bien, al menos a mí me ha emocionado y creo que esta relación tiene un gran peso en la historia y es el engranaje que hace girar los demás acontecimientos. 

Oliver es uno de los personajes mejor construidos, para mí, y a pesar de que el narrador siempre es Alasdair, he podido conocer bastante bien al personaje al que llaman monstruo, y comprender su dolor y su resentimiento. Oliver prefería haberse quedado muerto, y es un sentimiento que he percibido con bastante claridad. Oliver es la pieza clave para esta historia, es el monstruo al que Ginebra intenta descubrir, al que intentan capturar porque es peligroso, pero... ¿no son más peligrosos aquellos que dicen ser humanos completos y que son monstruos a pesar de no parecerlo? Este es el mensaje con el que me quedo de la novela, la autora ha sabido expresar muy bien esta reflexión, y es que todos podemos ser monstruosos alguna vez en la vida, y eso es lo que caracteriza al ser humano, así como su fuerza de voluntad para lograr no convertirse en monstruo alguna vez. 

"¿Alguna vez has pensado que tal vez Oliver solo actúa como un monstruo porque esa es la forma en que lo tratas?"

"Por lo que dijo la señora Shelley, hiciste un ser humano. Y los humanos son monstruosos por naturaleza".

"Tal vez todos decimos las palabras correctas en el peor momento, tal vez no podamos evitarlo. Tal vez las palabras se vuelven demasiado pesadas y ya no podemos seguir cargando con ellas, y las soltamos en el peor momento porque necesitan ser libres. Y yo había cargado aquella mentira como un peso de plomo alrededor del cuello durante años".

"Todos somos monstruos. Todos somos egoístas y crueles al final".

"No tiene que ser para siempre, pero no deberías estar sola. Nadie debería estar solo".

La pluma de la autora me ha encantado, escribe de una manera delicada y bella, y consigue mezclar a la perfección una historia de acción y ritmo vertiginoso con los sentimientos y emociones que caracterizan al ser humano y que aquí están más presentes que nunca. Su forma de escribir es sencilla y a la vez casi poética. Además, la originalidad de esta historia reside en que Mackenzi ha metido la propia historia de Mary Shelley dentro de su novela, creando una historia hipotética del por qué a la autora en la realidad se le ocurrió esta idea para crear Frankestein. El propio personaje de Frankestein se introduce en la novela y es un elemento motivador para gran parte de la trama. Creo que está todo muy bien hilado y la manera en que conecta ambas historias (la original y la de Mackenzi) me ha parecido original y bien planteada. 

En definitiva, Una creación monstruosa es uno de los retelling más bonitos que he leído este año, la autora sabe transmitir bien lo que quiere transmitir, los personajes muy bien construidos y complejos, buen ritmo y un desenlace precioso y que podría dar pie a una segunda parte. Deseo que sea así, porque me he quedado con muchas ganas de saber más de los dos hermanos. 

Mi puntuación

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4'5/5